Queen, los 80s y el arte de reinventarse

A veces resulta difícil asimilar la idea de que Brighton Rock y Radio Gaga sean canciones grabadas por la misma banda. Y es que de 1974 a 1984 Queen pasó por una serie de cambios muy graduales en su sonido y estética. La constante inquietud de sus músicos en búsqueda de nuevos sonidos los llevó a que cada disco que editaran fuese un paso más allá. El Queen de “A night at the Opera” ciertamente no es el mismo que el de “A day at the races” (y eso que hay sólo 1 año de diferencia entre un disco y otro).

Pero lo que el público del momento posiblemente no percibía es que Queen lentamente se iba alejando del glam y de la pomposidad que los caracterizó en sus primeros 4 o 5 discos. Ya vendría News of the world, donde incluirían el primer tema seudo punk de la banda (Sheer Herat attack). Luego apareció Jazz, un disco que siempre me pareció tan excelente como subestimado.

Pero a fines del 79 se veía venir un Queen totalmente renovado de pies a cabeza, y el lanzamiento de Crazy little thing called love era sólo la punta de lanza del nacimiento de una nueva banda, una banda que se amigaba con los nuevos sonidos como la música disco, la new wave y el revival de la onda de los años 50, entre muchos otros detalles, como la inclusión por primera vez de sintetizadores y la colaboración de Mack, una especie de héroe anónimo que trajo ideas más que frescas a la banda, dejando a sus anteriores trabajos como obsoletos o rústicos.

La estética de los miembros de Queen también se hizo notar. Dejaron atrás los vestuarios andróginos de los 70s, se cortaron el pelo, y Freddie apareció por primera vez con el famoso bigote que lo caracterizó durante gran parte de los 80s.

Una nueva banda había nacido, Queen se había reinventado y evitado lo que contemporáneos suyos como Led Zeppelín o Aerosmith no pudieron evitar: convertirse en dinosaurios obsoletos (bueno para ser justos los Zepp hubiesen tenido un segundo aire de no ser por la muerte de Bohnam).

Mientras estas bandas pasaban de moda y el punk moría, Queen comenzaba a llenar estadios de fútbol, y a volverse mucho más modernos en el estudio. Los solos de batería de Roger se transformaron en una monótona caja electrónica de ritmos, la voz de Freddie se volvió mucho más viril y los aportes de Brian, si bien siguieron siendo acertados comenzaron a sonar mucho más limpios y casuales (todavía se me eriza la piel cada vez que escucho el épico solo de guitarra en “Its a hard life”)

Luego de la explosión de The Game a nivel mundial, y el “fracaso” de Hot Space, Mercury y compañía se asentaron cómodamente en el pedestal del pop contemporáneo con discos exitosísimos y de muy alta calidad como The Works y A kind of Magic.

El Queen de los 80s fue una prueba contundente de que a veces una banda puede tardar una década entera en llegar a la completa masividad. Sé que se suele establecer una división entre los fans que simpatizan más con el Queen de los 70s y los que defienden acérrimamente al Queen de los 80s.

Personalmente me quedo con el Queen de Bohemian Rahpsody, pero si dijera que no me emociono al escuchar Radio Gaga, Under Preassure o Friends will be friends estaría mintiendo de aquí a la luna.

Bueno hablando de “friends”, me despido deseándoles muy feliz día a todos los amigos Queeneros, y Dios salve a La Reina!

(Autor: Sergio Lopez)